Este 20 de octubre, el medio «La Razón» saca un pequeño artículo del «Cronista de la Villa», Angel del Río, sobre los tres mercados históricos de Madrid que contiene algunas inexactitudes y valoraciones muy cuestionables sobre el antiguo Mercado Central de Frutas y Verduras.

Aquí está el artículo publicado en La Razón:

https://www.larazon.es/local/madrid/de-mercados-centrales-a-espacios-culturales-AB25356745

1.

Además de algunas imprecisiones sobre el primer proyecto de Gallardón para construir Gerencia de Urbanismo en el mercado, la primera cuestión se refiere a la descripción que hace del proyecto privado que estuvo a punto de aprobar el ayuntamiento de Ana Botella en sus últimos días de mandato:

«Durante el mandato de Manuela Carmena, se decide revocar el proyecto y rechazar la inversión de 75 millones de euros del fondo americano Stam Europe para transformar la dependencias del antiguo mercado en un complejo dedicado al ocio y la gastronomía, con la creación de 1.200 puestos de trabajo directos e indirectos. Además, el Ayuntamiento recibiría un canon anual de 600.000 euros en concepto de alquiler, y a los 40 años, toda la inversión revertiría al Consistorio».

Curiosa manera de referirse a una cesión de un bien demanial a la iniciativa privada durante nada menos que 40 años, y, por si fuera poco, justificándolo en una abierta manipulación de la normativa urbanística municipal y nacional, calificando un negocio privado como equipamiento. Las afirmaciones absolutas de lo ventajoso de la operación para el Ayuntamiento y el alto número de puestos de trabajo que cita el artículo no han sido extraídas de sesudos estudios técnicos del fondo americano de inversión, ni son propias del autor del artículo, sino que están extraídas del estudio de viabilidad realizado por la empresa Adripabel para aquel proyecto: una empresa dirigida por Adriana Escudero Martínez, entonces una joven sin ninguna experiencia acreditada en el ámbito de este tipo de proyectos, pero eso si, hija y tapadera de un muy conocido clan familiar dedicado a la especulación inmobiliaria, liderado por Pablo Escudero Arias-Dávila. Ese estudio de viabilidad contenía numerosos errores, plagios y datos sin fiabilidad alguna que hubieran invalidado cualquier estudio de este tipo si se hubiera sometido a algún análisis técnico objetivo por parte del Ayuntamiento.

Ver alegaciones al proyecto de 2015

Fue el movimiento vecinal quien se organizó para realizar alegaciones al proyecto a pesar de las trabas ilegales puestas por el Ayuntamiento para consultar la documentación. Y fue el Consistorio de Ana Botella quien no fue capaz de culminar un proceso que de haberse aprobado a buen seguro ahora estaría en los tribunales por la enorme cantidad de irregularidades que contenía.

2.

La segunda información, errónea, que contiene el artículo hace referencia a la cesión de una parte del espacio por parte del ayuntamiento de Carmena:

«Tras cargarse el proyecto, el Ayuntamiento anunciaba que cedería un tercio del complejo (unos 35.000 metros cuadrados) al Espacio Vecinal Arganzuela, compuesto por cinco asociaciones de vecinos de la zona, y la de okupas La Traba».

  1. El Ayuntamiento no cedió 35.000 metros cuadrados («un tercio del complejo»): se cedieron 1.000 metros cuadrados (en realidad menos) y lo hizo la Junta de Distrito con el informe favorable del Consejo Territorial, con todos los votos a favor salvo una abstención (en el Consejo Territorial estaban representadas todas las fuerzas políticas). Es más, la zona que se cedió no forma parte «del complejo» del proyecto para el mercado, ni del anterior ni del actual.
  2. No se cedió a un conjunto de 5 asociaciones de vecinos y los okupas de La Traba, se cedió a un proyecto firmado y avalado por 75 asociaciones, colectivos y entidades del barrio y de todo Madrid, entre las cuales había AMPAS, asociaciones culturales, deportivas, de baile, teatro, grupos de consumo, de migrantes, de arquitectura, grupos de scouts, radios, de mujeres, etc. … y también estaban todas las asociaciones vecinales de Arganzuela y el colectivo de La Traba.

Por último nos gustaría destacar que es interesante comprobar que un artículo que analiza la historia reciente del mercado, un edificio con un alto valor como patrimonio arquitectónico y con una importante carga histórica en nuestra ciudad, dé validez absoluta a informaciones dudosas de un estudio «interesado» de una empresa privada y sin embargo ni siquiera cite las críticas tanto de arquitectos como de las entidades nacionales e internacionales dedicadas a la protección del patrimonio arquitectónico ante el proceso de destrucción que supone el proyecto actual, iniciado por ayuntamiento de Carmena y que continúa la actual corporación municipal.

Quizás nuestro querido cronista y el medio para el que escribe deberían revisar sus fuentes (o su denominación de uno como «cronista de la villa» y del medio como «informativo»).

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